Por el derecho al buen gobierno: transparencia y rendición de cuentas

Paul Alcántar Arteaga

 

La historia de Tómala y el ITESO no es nueva. En los casi 10 años que tiene nuestra red de colaboración la universidad ha tenido un papel importante en el desarrollo de esta propuesta social, que no solo se limita al seguimiento de nuestro trabajo sino que se ha atrevido a acompañarnos en nuestras distintas etapas. ¡Tómala! es una plataforma digital que logró transcender al debate en la esfera pública. Hemos identificado los recursos con los que contamos para incidir, desde nuestras limitaciones, en el debate político local. Sin perder la esencia de vinculación que procuramos mantener con más de 50 organizaciones civiles hemos construido el posicionamiento de 10 agendas colectivas a través de ejercicios lúdicos y fuera de formatos rígidos. #NuestrasMiradas desde el 2015 y con #CoIncidencia a partir del 2019 son tan solo dos propuestas en las que el ITESO ha sido relevante.

Esta relación con la universidad ha sido más profunda. La colaboración que nos une se ha construido desde la confianza depositada en una institución con sentido social. Desde diversos procesos el trabajo con la institución ha sido minucioso. Así, en conjunto con las diversas iniciativas de la sociedad civil hemos sido incisivos en designaciones decisivas, como las del presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Jalisco en 2017 y la integración del sistema anticorrupción del estado de Jalisco, en donde el ITESO también ha sido observador como academia y aliado propositivo a las exigencias de los colectivos.

Esos procesos de decisión pública y de participación ciudadana requirieron de la opinión de expertos en materia de rendición de cuentas, transparencia y buenas prácticas. La relación de Tómala que mantiene con el Centro Interdisciplinario de Formación Social fundamenta el trabajo sobre el reclamo legítimo y orienta al pensamiento estratégico que se traduce en incidencia. En esa reflexión que mantenemos se han logrado buenas ideas que se consolidaron en la coyuntura y otras que siguen vigentes con vida propia. El primer ejemplo es la creación y el fortalecimiento de la red “Por una defensoría a la altura de nuestros derechos” (http://www.tomala.mx/post.php?id=4529).

Esta idea nació con motivo de la elección del ombudsman de Jalisco. Logramos la incorporación de otros colectivos defensores de los derechos humanos que buscaban, así como nosotros, que esa elección tuviera la mayor transparencia y rendición de cuentas dadas las experiencias previas que se habían tenido y por la crisis de derechos humanos que ya se asomaba con mayor fuerza en la entidad. Exigencias que se agruparon en una plataforma y dirigidas para el Congreso de Jalisco. Se propusieron métodos de evaluación elaborados por los activistas interesados y revisados por académicos del ITESO. A pesar de lo accidentado del proceso, se puede decir que ese fue el antecedente para que estas herramientas de evaluación sean a la fecha consideradas por otros organismos ciudadanos institucionalizados, como el Comité de Participación Social, para medir la elegibilidad de perfiles que buscan otros cargos públicos de alto impacto político.

La colaboración que nos une con la universidad se ha construido desde la confianza depositada en una institución con sentido social.

El segundo ejemplo es el seguimiento e involucramiento de colectivos ciudadanos en la conformación del Sistema Anticorrupción de Jalisco. Nuestra red propuso la creación de un observatorio ciudadano que vigilara la instrumentación de ese sistema. Esta comunidad anticorrupción fue iniciada junto con la Asociación Mexicana de Derecho a la Información Capítulo Jalisco Jalisco, el colectivo Ciudadanos por Municipios Transparentes Capítulo Jalisco, el Congreso Ciudadano y Wikipolítica Jalisco.

Se ha logrado una activación de los colectivos en los procesos de seguimiento de designaciones públicas y el ITESO ha sido un actor relevante en esta consolidación. Hoy se cuenta con una propuesta agrupada en el Observatorio Permanente del Sistema Estatal Anticorrupción (http://observatorios.org/), una organización autónoma y especializada que busca incidir entre los entes del andamiaje institucional.

La activación social en Jalisco ha sido un motor interesante en la vida pública de la entidad, particularmente en Guadalajara. A pesar de que hemos tenido buenos avances en la instrumentación de buenas prácticas y en la rendición de cuentas, la amenaza por debilitarlas es mayor y está latente. La universidad y Tómala pueden seguir creando escenarios colaborativos, pero el reto es que tanto la institución como la sociedad civil organizada innoven en la inclusión de más jóvenes, académicos y ciudadanos a formar parte de estos esfuerzos que bien valen la pena. Como lo dice un buen amigo del Centro Interdisciplinario para la Vinculación y la Formación Social: a pelear por el derecho humano a tener un buen gobierno.